La ropa

La ropa.

Cuánto ha evolucionado la ropa ciclista en estos últimos años. Lejos quedaron ya los vaqueros y camisetas de los primeros ciclistas de Crested Butte. Actualmente se utilizan tejidos específicos de alta tecnología y camisetas y maillots hechos en muchos casos a medida. Al principio la ropa técnica era igual que la del ciclista de montaña. A finales de los 80 llegan las mallas de licra, que si bien al principio no tenían un óptimo acolchado, este aspecto fue mejorado poco a poco con materiales sintéticos, que eran más baratos, cómodos, duraderos y encima se secaban con mayor rapidez.

Los colores comienzan a cambiar, ya no son tan vivos como al principio (en muchos casos fosforescentes). Los maillots comienzan a ser más anchos, al igual que los pantalones, separándose cada vez más de la imagen del ciclista profesional de carretera. Hoy día no se puede decir que haya un atuendo concreto, ya que la variedad de disciplinas es amplia y el número de practicantes hetereogéneo.

       Pantalones.

En mtb hay dos tipos: culotes y baggies. Los baggies son pantalones cortos que van enganchados a un forro interior que suele ir acolchado con una badana que hará más agradable el contacto prolongado con el sillín. Son más informales que los culotes y suelen disponer de bolsillos (debemos procurar que dispongan de cierre que evite perder objetos).

Los culotes son pantalones cortos o largos de licra, pueden ir con o sin tirantes y son heredados del ciclismo de carretera, donde siempre se han usado con el objeto de reducir la resistencia al viento en alta velocida, algo que no se da en el mtb. No obstante son los más usados por su comodidad y por la nula posibilidad de que se enganche en alguna parte de la bici, al contrario que el baggie.

Por razones evidentes los colores predominantes para ambos son el negro o colores oscuros. los hay específicos de invierno y de verano.

       Maillots.

Confeccionados con tejidos de última generación que absorben el sudor y lo llevan a otra capa que permite la evaporación. Esto permite ir secos y frescos aún con mucho calor, compensando la falta de refrigeración por las bajas velocidades que se cogen en mtb a diferencia del ciclismo de carretera. Suelen tener bolsillos traseros para guardar nuestras baterías en forma de galletitas, barras energéticas, geles... para poder tenerlos a mano en cualquier momento. A veces uno de los bolsillos lleva cremallera lo que será de agradecer para guardar otros objetos como monedas, llaves, móvil...

Al igual que los pantalones los hay específicos de verano y de invierno (con capa termal, wind stoper...).

       Chaquetas, chubasqueros, paravientos.

Las chaquetas más recomendables hoy día son las denominadas softshell. Llevan tres capas en la misma prenda, la primera es absorbente y cálida, la segunda es aislante e impide que penetre el aire, pero a la vez es transpirable y permite evacuar la humedad de la primera capa; la última capa es repelente de agua en mayor o menor cantidad según la categoría de la prenda. Las chaquetas shotshell son ideales para el invierno pues aislan totalmente del frío, apenas pesan y permiten una gran libertad de movimientos.

Los chubasqueros son prendas más finas que nos aislan del agua en mayor o menos cantidad, según su calidad y del aire en mayor medida cuando se le añade la función de paravientos. No abrigan en la misma manera que las chaquetas, pero también dan libertad de movimiento y su ligereza y diseño permiten guardarlo en poco espacio, muchas veces en un solo bolsillo del maillot, por lo que es recomendable llevarlo en todas las salidas invernales.

Los paravientos, sirven principalmente para protegernos del aire, especialmente en el pecho, por lo que muchas veces llevan mangas desmontables. Más útiles en ciclismo de carretera donde se alcanzan velocidades más altas, especialmente en bajadas de puertos. A veces son también impermeables. Suelen transpirar más que los chubasqueros pero ser menos permeables que aquellos.

Guantes

Los guantes de mountain bike deberían cumplir dos requisitos: protección y agarre. Además deberían ser lo suficientemente cómodos como para permitirnos hacer largas salidas sin acordarnos de que los llevamos puestos. Hay diferentes tipos: con los dedos cortados para verano y entretiempo, completos para tiempo frío, estos pueden estar confeccionados con material aislante de frío y/o agua. Algunos van abrochados con velcro a la muñeca y otros llevan una simple gomita interna para ajustarlos. El acolchado es muy importante, de un lado para proporcionarnos comodidad y evitar que se nos entumezcan las manos por la presión de esta contra el manillar, y por otro lado para amortiguar los golpes en caso de caída del ciclista.

Los mejores suelen tener cámaras de gel en las palmas y base de la muñeca. En los cortos es recomendable que en la parte inferior de los dedos lleven unas tiras de goma para poder tirar de estas y quitarlos mejor. También es recomendable que lleven una parte del dorso del guante una pequeña parte fabricada en tela de rizo o similar que permita secarnos el sudor de la cara en los momentos de máximo esfuerzo o las horas de más calor. Los guantes de descenso suelen llevar protecciones de goma o plástico duro en el dorso de la mano y dedos para proteger a esta de las ramas o arbustos que nos pueden rozar en las ràpidas bajadas.

       Calcetines.

A diferencia de los del ciclismo de carretera, los de montaña no deben ser bajos o tobilleros. Es un error muy propio incluso de algunos profesionales que buscan mayor refrigeración de las piernas pero se exponen a que se introduzcan dentro de los tobilleros barro o pequeñas piedras que pueden amargarnos el resto de la jornada. Al revés que los calcetines de runing, los de mountain bike no deben estar acolchados. Es recomendable que sean de colores oscuros y han de ser confeccionados con tejidos que sean transpirables. Muchas marcas trabajan con patentes que aseguran poder conservar la temperatura óptima del pie, favorecer la transpiración o evitar el mal olor.

Calzado.

En calzado existen tres opciones dependiendo de si el tipo de pedal de nuestra bici es automático o no y de nuestras preferencias. Así hay calzado que ineludiblemente está realizado para usar con calas en pedales automáticos. Hay calzado que no permite usar calas, por lo que sólo los podremos utilizar con pedales normales, y por último hay pedales con apariencia de zapatilla normal, pero que también pueden llevar calas y pueden ser usados tanto en pedales automáticos como normales.

En todo caso lo importante es que las zapatillas se adapten perfectamente al pie, tan malo es que aprieten (nos dolerá cada pedalada que demos), como que haya holgura (nos rozarán y provocaran ampollas en los pies). igual de importante es que la suela sea suficientemente rígida para permitirnos transferir al pedal la mayor cantidad de energía en cada pedalada. Especialmente rígidas deben ser las que se usen con pedales automáticos, que en muchas ocasiones son de fibra de carbono. No obstante si el tipo de ciclismo de montaña que practicamos requiere caminar en muchas ocasiones deberemos optar por suelas de plásticos duro (no tan rígidas). Es normal que la suela tenga un taqueado generoso que nos permita adherirnos al terreno cuando tengamos que afrontar tramos a pie.

Hay zapatillas con cierre de cordones, con velcro, con combinación de ambas y las más modernas denomindas "cierre de boa" que utilizan unos cordones que se aprietan o aflojan en función del sentido en que giremos unas ruedas a las que van unidos los cordones. Los cordones si no están bien atados pueden engancharse en pedal, cadena o ramas, los de velcro son más cómodos y sencillos de manipular, pero también ocasionan enganches con ropa o vegetación; lo de boa son los que permiten un ajuste más sencillo y milimétrico con un deajuste al cabo de la jornada inapreciable.

Importante en el calzado es el tema de la ventilación, y aquí es difícil encontrar el equilibrio entre protección a los golpes y a agentes exteriores como agua o barro típicos por otra parte de este deporte y la ventilación suficiente de los pies. Una zapatilla abierta y con muchos orificios permitirá ventilar el pie, pero también permitirá que entre agua y frío en invierno, por lo cual sería recomendable un par de zapatillas específicas de invierno y otras de verano. Otra opción es tener unas de verano y en invierno utilizar los socorridos botines de mountain bike, una especie de calcetín protector que se coloca por encima de las zapatillas y que protegen a esta y al pie del frío y del agua.

Deberemos asegurarnos de comprar calas que sean compatibles con nuestros pedales automáticos y ajustarlas en el punto exacto que nos permita colocar el pie en el punto exacto del pedal.

Gafas.

En  este deporte las gafas tienen una doble función, de un lado prtegernos los ojos de los nocivos rayos solares, ademas de las condiciones meteorológicas adversas como la lluvia o el viento y por otro lado protegernos de impactos de ramas, insectos, humo... y otras adversidades que pueden ocasionarnos molestias en los ojos e incluso en algunos casos graves secuelas si circulamos a alta velocidad.

Deberíamos elegir gafas con cristales intercambiables (oscuros y claros) o fotocromáticos (se oscurecen en función de la intensidad de la luz). El diseño debe tender a cubrirnos el mayor campo visual posible. El ajuste ha de ser importante, no deben apretarnos ni tampoco ir bailando a cada bache que encontremos. A ser posible elegirlas ventiladas para evitar que se empañen.

Por todo ello y por ser los ojos una parte delicada del cuerpo humano deberíamos dedicar tiempo para elegir la gafa adecuada y considerar hacer un desembolso generoso que se verá compensado, pues es un objeto que utilizaremos todo el año y por tanto será rápidamente amortizado.

El casco.

En último lugar hemos dejado la parte más importante del equipamiento: el casco. Se trata de un medio de seguridad recomendable para todos y obligatorio para la mayoría. Recordemos lo que la ley dice al respecto: La Ley señala que es obligatorio que los ciclistas menores de 16 años deben llevar casco, independendientemente de la vía por la que circulen. Para los mayores de 16 años, el uso del casco en ciudad es solo recomendable, pero es también obligatorio en vías interurbanas. Las multas por infracción de esta norma son de 200 euros. Así pues resulta necesaio hacerse con uno que sea adecuado a nuestra modalidad, presupuesto y gusto.

En principio no deberíamos realizar ningún trayecto por corto que sea sin él. Debemos comprar uno de mtb no de carretera, y dentro del casco de montaña el que se ajuste a la modalidad que se practique.

Los cascos de bici no han evolucionado de forma radical, y desde hace ya unos años la composición del casco es similar, suele tratarse de un armazón de poliestireno (polímero termoplástico utilizado por BASF por primera vez en 1940), provisto de una series de orificios de ventilación y cubierto por una fina capa de plástico que lo protege de pequeños golpes y arañazos. Suelen llevar una pequeña visera de quita y pon que lo diferencian de los cascos de carretera, y que sirven para protegernos del sol, la lluvia, ramas o insectos.

El ajuste del casco ha de ser lo más exacto posible, para evitar que en una caída se desplace y deje la cabeza expuesta. Los ajustes son fáciles gracias a la posibilidad de ajustar las correas y también las almohadillas internas y la rueda de ajuste milimétrico que muchos cascos llevan.El casco no deberá estar inclinado a ningúnn lado ni hacia delante ni atrás. Es primordial elegir la talla adecuada.

Hay que recordar que los cascos sólo sirven para un sólo impacto severo, por la composición en sí de su estructura; un casco que ya ha recibido un impacto no puede asegurarnos en ningún caso una protección óptima en una futura caída. Además recordar que al igual que sucede con la mayoría de sistemas de seguridad tienen una vida útil limitada, que suele estar en unos cinco años, pasado este tiempo y aunque lo hayamos cuidad y conservado bien y no hayamos tenido ningún percance con el mismo, sería conveniente renovarlo por otro, pues los materiales con que está hecho pierden propiedades con el paso del tiempo. En todo caso, siempre es conveniente revisarlo periódicamente (comprobar cierres, ajustes, ausencia de grietas o fisuras...), hacer un buen mantenimiento (buena limpieza y conservarlo en lugar apropiado). Ante la duda es preferible cambiar de casco o llevarlo a nuestro tendero más cercano para que nos dé su aprobación.

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